Los testículos tienen forma de huevo, están enmarcados por una vaina tensa y su función general es segregar la hormona masculina testosterona, necesaria para la reproducción. Aunque el cáncer de testículo, también conocido como cáncer testicular, se da normalmente en sólo el uno por ciento de los hombres, es más frecuente en varones mayores de treinta y cinco años. El factor más importante en el cáncer de testículo son los factores genéticos. El riesgo de cáncer de testículo es mayor si la madre, el padre, los hermanos o parientes cercanos de la familia padecen cáncer. El cáncer de testículo se manifiesta en tres fases diferentes. En la primera etapa, la célula cancerosa sólo está en el testículo y crece allí.
Después, si no se diagnostica, se extiende y la célula cancerosa empieza a movilizarse extendiéndose a los ganglios linfáticos y después a los vasos sanguíneos. Esta movilización hace que el cáncer se extienda a distintas partes del cuerpo y a distintos órganos. En la tercera y última fase, la célula cancerosa se extiende a otros órganos y pulmones a través de los ganglios linfáticos y alcanza un tamaño mortal.
Tratamiento del cáncer de testículo
Como ocurre con cualquier cáncer, el proceso de tratamiento del cáncer de testículo se determina en función del tamaño y la tasa de propagación del cáncer. Dependiendo del estadio de la enfermedad, la recuperación puede lograrse utilizando métodos de tratamiento como la intervención quirúrgica, la quimioterapia o la radioterapia. Si es necesario, puede extirparse el testículo del paciente para destruir por completo la célula cancerosa. Se aplica una prótesis en lugar del testículo extirpado y se eliminan las alteraciones visuales. A pesar de todos los tratamientos, el cáncer puede reaparecer continuamente y la probabilidad de recurrencia suele predecirse para 2 años.
Aunque el paciente haya terminado el tratamiento, debe someterse a un seguimiento continuo durante al menos 5 años. Dado que el riesgo de cáncer es bastante alto incluso en testículos sanos, la persona debe someterse constantemente a pruebas y mantener su salud bajo control. La extirpación de un solo testículo como consecuencia de una intervención quirúrgica no afecta negativamente a la salud reproductiva. Sin embargo, el sistema reproductor puede resultar dañado debido a la quimioterapia y pueden producirse problemas reproductivos. La quimioterapia puede causar daños que impidan al paciente eyacular semen. Como en toda enfermedad, especialmente en todo cáncer, el diagnóstico precoz es de vital importancia en el cáncer testicular.